Sube y baja el telón.

Si no hiciste una buena actuación durante la obra, saldrás pitado; por el contrario te aplaudirán.. Así mismo sucede en la vida.


Sube y baja el telón, y de ti depende todo. Tú eres el personaje principal en tu obra, y no puedes dejar que alguien te quite tu puesto; cada quien tiene su propia obra y en ella hace lo que quiere, y como quiera. Tú manejas tu propia obra, tu vida. 


Eres el dueño, y tienes la autoridad de permitir a quien tú quieras que actúe en tu obra, y de expulsar a quien no te convenga, tienes entradas para regalar a quién quieras que sea espectador y tienes todas las herramientas para que tu obra sea la mejor. 


Sólo de ti depende manejar todo de una buena manera, para que todo salga bien, y para que quien sea que estuvo presente sepa que fue una buena opción el haber estado presente.  Tú decides, valer la pena o no, aplausos o pitas.

Una repetitiva actuación no te garantizará aplausos ilimitados, porque lo monótono aburre. 


Sube y baja el telón, y así acaba todo.. 

Erratas en la historia.

Recuerdos que nos humillan, acciones hechas y palabras dichas que lamentamos, impulsos que nos llevaron a construir un nuevo presente, quizás que no quisimos, quizás que queremos reparar. Ganas de retroceder el tiempo para corregir el daño causado, para intentar borrar de la historia un error cometido, pero una vez escrita la historia, no existe instrumento para borrar, eliminar o deshacer cualquier equivocación o fallo cometido... Es imposible.

Errores que marcan el presente, situaciones que quedan grabadas en nuestra memoria, porque son difíciles de borrar. 

No nos queda más que el arrepentimiento, originado por nuestra impulsividad, nuestra inconsciencia; tardadamos en rectificar.

Muchas veces nos volvemos irracionales.