Desde siempre hemos estado en el mundo de la fantasía, leyendo cuentos e historias que abren nuestra imaginación y nuestras ganas de conseguir momentos tan fascinantes como lo pintan los cuentos de hadas, las películas de Disney, e historias que llenan tu mente a una espera incierta, la espera por un príncipe azul que hará que tengas en tu vida un final feliz, pero, ¿Cuántas de las veces esto ocurre en realidad?.
Historias que llenan la cabeza de mariposas y falsas creencias, y con esto no quiero decir que no puedas tener un buen amor, pero simplemente la vida no es un cuento de hadas, o mejor dicho, la mayoría de la población no está llevada a tener una de esas vidas. Convertir a una bestia en el amor de tu vida por la magia del amor, o dejar la miseria a un lado gracias a un buen hombre, un 'príncipe azul'. Hoy en día, chicos como pintan a esos príncipes hay muy pocos, y mucho menos azules.
Entonces, ¿Cuál es la realidad?. La realidad recae sobre historias ciertas, historias basadas en hechos reales, historias que tienen más posibilidades de suceder en este mundo, no un hada mágica que haga posible la noche más hermosa de tu vida. Claro que son historias bellas, cuentos que te sacan sonrisas y lindas esperanzas, pero hay que verlas y simplemente dejarlas ir. Votaría porque estas películas fueran permitidas a un público mayor de 12 años, porque a pesar de no tener imágenes violentas o terroríficas, causan muchas veces prototipos mentales, o distorsiones de la realidad. Votaría también porque fueran más vistas y más leídas historias reales, historias de personas que cuentan sus anécdotas, historias como la de Anne Frank, una niña que a pesar de estar pasando por un momento tan duro como el de la Segunda Guerra Mundial, buscaba una manera de seguir sonriendo.
Y ciertamente como lo escribió en su diario..
"Tuve la suerte de ser arrojada bruscamente a la realidad".
¿Qué habría pasado si ella, en esas circunstancias, hubiera pensado y soñado en que un 'príncipe azul' o un alemán que aún y con su ideología nazi se enamorara de ella, y dejara a un lado todo odio contra los judíos y la salvara junto a su familia y amigos de tan terrible final? Claro que hubiese sido una buena película para Disney, pero no es la realidad.
Si tan sólo existieran ese tipo de finales felices en la vida real, nos hubiéramos ahorrado esos cuentos terroríficos basados en hechos reales.
Cuentos bonitos, realidades distintas.