Hoy voy a dejar que me enjuicien los dedos de persianas
con vista penosa a un par de sombras
que quedaron a la izquierda de todo
Voy a caminar hacia la jaula de oro
porque no querrías que fuera de otra forma
Una jaula de oro siempre abierta
Una jaula de oro que huele a mar de madrugada
Ya lo sabemos
Si yo dejé caer el puente
y salí corriendo mirando atrás
con el cabello disimulando el rostro desfigurado,
por lo que había dejado
por lo que había cantado
Y lo que había bailado
hoy lo mancho
y lo cubro y le digo adiós
y me callo
Porque pensaron que había ganado
al mirarme con el trofeo en manos
cuando yo sabía que lo había perdido todo
Y hoy no lo entiendes,
ni los rezos obsoletos
tampoco los misterios
de cuando supe que nunca iba a funcionar
la alquimia de los versos