La felicidad no tiene precio.

Hoy quiero sentir que puedo volar, sentir que soy una estrella. Quiero dejar toda preocupación atrás y ocuparme de lo más importante: VIVIR. Tantas cosas por hacer, tantos motivos para ser feliz, y ¿quedarme con una  cara triste y de amargura?, pues no.

Sé que hay cosas que no siempre van a salir como quiero,  o como lo deseo o sueño, pero nada de eso me quita que no pueda ser feliz. A pesar de las caídas, de los malos ratos y de toda situación que me pueda hacer molestar o entristecer, puedo ser feliz y lo más importante, puedo sonreír ante todo.

No hay nada mejor que la sensación de poder volar, de ser feliz, alegre, entusiasta, sonriente. Porque la vida lo vale, y porque tú vales estar feliz; no importa cuan grande sean los problemas, la situación por la que estés pasando, simplemente sé feliz, porque ¿por qué estar con una cara de amargado mientras todos se divierten?, definitivamente NO vale la pena.

Aunque no lo creas puedes volar. Ya con el simple hecho de tener en tus manos la oportunidad de ser feliz, puedes volar, porque eres libre. Puedes ser feliz porque el aire te roza todo el cuerpo y no hay nadie que lo evite, puedes ser feliz porque tienes la capacidad de solucionar cualquier problema, puedes ser feliz porque hay personas que te quieren, puedes ser feliz porque todo es posible, puedes ser feliz porque puedes caminar y escoger el rumbo que quieras tomar, puedes ser feliz porque respiras, porque ves todo a tu alrededor, porque puedes leer, porque eres inteligente, porque tienes sueños y objetivos, porque la música existe, porque puedes disfrutar un helado o una torta, porque puedes ver el programa favorito de televisión, porque te puedes comunicar y hay gente que te escucha, puedes ser feliz porque vives. No existen requisitos ni nada que te detenga para que seas feliz.

Hoy quiero cantar sin que nadie me detenga, quiero respirar profundo, voy a sonreír hasta en mis sueños; hoy quiero sentirme parte del viento, voy a prometerme seguir el mejor camino, porque ¡soy feliz!.

Pudo ser y no fue, por ser la vida como es.

Toda una vida por delante, todo un futuro, todo un destino, y de forma tan efímera, tan prematura, y sin poder hacer nada, las cosas llegan a su final, sin poder encontrar una solución, sin siquiera intentar repararlo; tan sólo se va de las manos sin ningún motivo, sin ninguna razón, y sin piedad quizás. 

Dónde queda lo que pudo ser, pero no fue; dónde quedan las sonrisas que no volverán a brillar nunca más; dónde quedan las miradas que nunca más podremos ver; a dónde van los sueños, las ilusiones, los ideales que mueren.. ¿A dónde van las suplicas?.

De qué se trata está vida y cuál es su objetivo, si podemos irnos sin ni siquiera haber sembrado un granito de arena, sin siquiera haber caminado con pies propios... Todo se vuelve tan amargo, tan inentendible, tan extraño.

Aún y cuando todo pudo ser perfecto, se acaba sin explicación. Y realmente por qué buscamos una explicación si igual nunca lograremos entender el por qué se va, el por qué todo tiene un final.


Quizás todo se trata de mantener vivos momentos muertos, momentos que pudieron ser pero que murieron sin motivo alguno, quizás se trata de recordar aquello que siempre quisimos o aquello que pudo haber tenido un gran desarrollo, un gran camino; quizás tenemos que aprender a aceptar y seguir el camino con lo que se fue, con lo que nunca fue y con lo que quizás será.

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Momentos que nunca vivimos pero que pudieron ser sentidos, sonrisas que nunca se hicieron pero que pudieron ser admiradas, palabras que nunca dijimos pero que pudieron ser oídas,  miradas que nunca nacieron pero que son recordadas..

Si cierro los ojos..

Si cierro los ojos me imagino a tu lado; si voy por la calle veo tantas cosas que me acuerdan a ti, a tu sonrisa y tu mirada. Si veo un anuncio que lleve tu inicial, es obvio que se refiere a tu nombre; en el silencio o en la bulla, tu nombre resuena en mis oídos; en la oscuridad veo tu reflejo, te veo a ti. Si vuelvo a cerrar los ojos me imagino un cuento, y cuando los abro me lamento de que no estés.

Que si miro al cielo, siento que vienes a buscarme, y cuando el aire roza mi cabello pienso que eres tú quien me acaricia. Siento que estas en todo aunque estés ausente.

Si me miro al espejo te veo reflejado a mi lado, si sonrío es porque te recuerdo. Tantas canciones que me recuerdan tus palabras, nuestros momentos... te echo de menos. Tantas risas que recuerdo a cualquier momento; y es que si cierro los ojos te recuerdo completamente, recuerdo abrazarte, mirarte y hablarte.

Si cierro los ojos, siento que voy hasta donde estás tú, si cierro los ojos te sueño, si cierro los ojos te siento conmigo y siento que se acorta la distancia.

Quizás tu también cierras lo ojos y me imaginas y me recuerdas, quizás me echas de menos y quizás sueñas conmigo. Quizás tu también cierras lo ojos para creer que acortas la distancia que nos separa, quizás cierras lo ojos para sentir que estamos juntos. 

En la distancia siempre serás mi parte incompleta.

Seguramente mi partida te hará sentir mejor. Son decisiones que se toman a lo largo de nuestras vidas, tantas decisiones que a veces me hacen llorar.. Acepto que fue difícil pero la decisión está tomada, de todas formas sé que todo va a seguir como si nada. He decidido dejar atrás mi sueño de envejecer a tu lado, de desayunar juntos, de despertarte cada mañana, y no creo sinceramente que te haré falta. Yo por mi parte trataré de no mirar atrás, sólo caminaré, lejos de aquí; y cuando te des cuenta ya yo estaré muy lejos.

¿Sabes?, no es fácil sobrevivir a base de sueños, de una fantasía. Se que estarás mejor, se que encontraras a alguien que realmente quieras, con la que querrás pasar el resto de tu vida, esa a la que envidiare en la distancia. Yo por mi parte seguiré perdida entre sueños, entre recuerdos, entre canciones y carreteras, y confieso, no es fácil, sé que te extrañaré.

Con tanta indiferencia sé que no lo notarás, y también sé que no vendrás a guiar mis pasos de vuelta, no vendrás a cargarme sobre tu espalda, no, no vendrás a salvarme. Al final, quedará en mis labios ese "adiós" tonto que de todas formas no te iba a afectar, que no ibas a lamentar.. nunca. 

Lo siento pero si me afecta, yo nunca quise convertirme en un recuerdo.

Frágiles, así somos.

Quizás seamos marionetas, por eso somos así... frágiles, delicados.. tan frágil nuestras vidas. Tan frágil el momento en que comienzo a mirarte, tan frágil mi sonrisa que se puede desvanecer, tan frágil mi mirada que puede disminuir su brillo e inundarse, tan frágiles son las horas que se agotan rápidamente, tan frágiles los minutos que decaen y no vuelven jamas.. Es tan frágil mi imaginación que al caer a la realidad todo pierde sentido, tan frágil soy que tu recuerdo lastima, tan efímera la esperanza de tenerte cuando te veo pasar, porque tu indiferencia cambia toda manera mía de pensar. Tan frágiles son las personas como una copa de cristal, tan frágiles son sentimientos, tan frágiles que una lágrima puede salir de ellos.. Tan frágiles somos que un simple recuerdo nos puede desvanecer, nos puede hacer decaer, somos frágiles.

Tan frágiles somos que nos herimos fácilmente, y así de frágiles que no duramos mucho, que tenemos un punto final. Caricias frágiles, miradas frágiles, sonrisas frágiles.. simplemente.

Somos frágiles que con palabras que no queremos oír nos desanimamos; frágiles así que no soportamos mucho y unos deciden su propio fin. Así de frágiles y delicados como nuestros sueños...Somos tan frágiles que nos rendimos así sin mas, que nos damos por vencidos, tan frágiles que tememos arriesgarnos por no querer sufrir.

Quizás la razón sea por lo que estamos hechos, piel sensible, sentimientos.. esos sentimientos que nos hacen vulnerables.. Quizás sea por la misma razón de que somos efímeros, nos agotamos, nos desgastamos y sufrimos. Simplemente somos frágiles, y lloramos, frágiles que las emociones nos controlan, nos impulsan... Frágiles que cualquier cosa nos puede causar la muerte, nuestra fin.