Atados a una rutina para poder sobrevivir el día a día, adaptándonos a las leyes que se establecen en la sociedad.
Atados a palabras para alentarnos, y a ejemplos que nos fortalecen.
Atados a recuerdos con los cuales se basa el presente, y que reviven momentos pasados.
Atados al deseo de querer siempre algo mejor, y a la esperanza.
Atados a una ideología que nos han implantado.
Atados al miedo, a la desesperación.
Atados a sonrisas, sinceras o falsas, pero sonrisas.
Atados a personas que nos ayudan, que nos hunden, que nos alientan, que nos aman, que nos odian, que nos envidian, que nos apoyan.., amigos, familia...
Atados a acciones que nos definen.
Atados a sueños que nos motivan.
Atados a objetos.
Atados a la avaricia, al deseo de poder, al dinero.
Atados a las quejas y a recomendaciones, a criticas y a mandatos.
Atados a prejuicios, percepciones y pensamientos.
Atados a sentimientos, emociones..
Atados al pasado, al presente… y al futuro.