20 de abril de 2011

involucrados, sin poder desatarnos.


Atados a una rutina para poder sobrevivir el día a día, adaptándonos a las leyes que se establecen  en la sociedad.

Atados a palabras para alentarnos, y a ejemplos que nos fortalecen.

Atados a recuerdos con los cuales se basa el presente, y que reviven momentos pasados.

Atados al deseo de querer siempre algo mejor, y a la esperanza.

Atados a una ideología que nos han implantado.

Atados al miedo, a la desesperación.

Atados a sonrisas, sinceras o falsas, pero sonrisas.

Atados a personas que nos ayudan, que nos hunden, que nos alientan, que nos aman, que nos odian, que nos envidian, que nos apoyan.., amigos, familia...

Atados a acciones que nos definen.

Atados a sueños que nos motivan.

Atados a objetos.

Atados a la avaricia, al deseo de poder, al dinero.

Atados a las quejas y a recomendaciones, a criticas y a mandatos.

Atados a prejuicios, percepciones y pensamientos.

Atados a sentimientos, emociones..

Atados al pasado, al presente… y al futuro.

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