4 de julio de 2014

Dijo el gato

Cuando uno silencia el grito surgen unas cuantas vertiendes. Puntos inconclusos, sin direcciones ni caminos concretos. Uno es lo que elige, por eso siempre nos obligan a elegir, sólo para cumplir con el principio de la existencia. Pero a veces la situación se torna radical. Por eso, en esos casos, prefiero ser a medias ya que las opciones polarizadas desgastan.

Así me desvanezco, mientras controlo mi mirada junto al lenguaje corporal aguantado.

Hay opciones. Siempre las hay. Quizás la más aceptable ante el abismo es simplemente la de no pertenecer ni permanecer. Ser fugaz y responder poéticamente a las ganas de huir.

Alejarse. Alejarse antagónicamente. Alejarse de todo y de nada, y allí es cuando tu existencia da un salto por la duda eterna: Si todo y nada es lo mismo ¿de qué te alejas, qué es todo y qué es nada? En ese caso, existimos y no. Fluye y no, pero ¿qué es lo que fluye?

No hay comentarios:

Publicar un comentario