Hay algo tan caótico en
esta presencia tan ausente mía,
solo mía.
En las noticias de sus labios sellados me nombran asesina
pero sus ojos me dan la bienvenida
y no me quieren dejar
y yo no sé soltar
Estamos en plena guerra de sol
De quién pierde menos
y quién está más solo
si ellos o yo
Los soldados de sus sueños profundos de mar
me recitan entre largos laberintos
y yo no lo puedo soportar más
Llegan de tierra fértil, primavera
ante una flor de fuego que sonríe para sí
ellos no comprenden
y yo no quiero quemar
Luego, se ponen de truenos, de relámpagos,
se rajan el reflejo con palabras filosas de amor
se cortan los pétalos y se arrancan las semillas
Cansados, tristes, con sus tratos cambiados
se plantan distintos
y desde acá, desesperada, yo los veo marchitos
En nombre de la paz, se abren las puertas del campo
pero sin querer y sin tocar
se prenden en llamas sus manos
Besan y besan el autoengaño que me hace culpable
en un abismo que pinté de blanco
Nadie pensaría que la danza de la risa
destruyera todo con su paso
A veces los campos de flores
son un campo de batalla
por eso mi piel grita que huyamos
aunque siga vivo el caos.
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